Este médico, revolucionario y soñador nació en Riosucio el 18 de enero de 1924 en el hogar de Rafael María Bayer y Elisa Jaramillo. Desde muy joven se notó en él la inclinación a la lucha por los derechos, pues en el Colegio de Nuestra Señora de Manizales protestaba por la mala comida, por el alojamiento y por la discriminación a los alumnos pobres.
Tulio Báyer estudió Medicina en la Universidad de Antioquia, donde promovió una huelga por las declaraciones del decano que afirmaba que los pobres y los negros no eran aptos para estudiar esa carrera. Se graduó en 1950. Luego de hacer su año rural en Anorí y Dabeiba y de casarse, se estableció en Manizales y se vinculó como profesor de la naciente Facultad de Medicina de la U. de Caldas. Por esos años, el Gobernador de Caldas, Gral. Gustavo Sierra Ochoa, lo nombró Secretario de Salud Pública de Manizales. Bayer se concentra en la calidad de la leche que consume la ciudad y adelanta una investigación que concluye que en torno al consumo hay un negocio adscrito a familias de renombre, como la del alcalde y el párroco de la catedral, en donde la leche es adulterada, lo que genera un escándalo de grandes proporciones que lo llevan a su destitución.
Luego de su salida de la secretaría de salud, Tulio regresa a dictar la clase de Farmacología en la U de Caldas, de donde también es expulsado por escribir contra el general Rojas Pinilla. En 1956 trabajó en el Hospital de Tuberculosis de Santa Clara de Bogotá y posteriormente viaja a Estados Unidos y se especializa en Farmacología en la Harvard Medical School.
A finales de 1957 ocupa el cargo de director científico de Laboratorios CUP en Bogotá pero al darse cuenta que esta empresa producía drogas que no servían para nada y presentarse la muerte de unos niños en Bucaramanga por estos medicamentos, hizo públicas sus denuncias y quedó nuevamente desempleado. Consigue trabajo como médico rural en Puerto Carreño, Vichada; su presencia allí fue difícil a raíz de las denuncias que realizó sobre el papel de la Iglesia y las autoridades locales en relación con el contrabando y la permisividad frente al maltrato a las comunidades indígenas por parte de los blancos, siendo acusado de ser un comunista que iba a los llanos a organizar una guerrilla, por lo que debió cruzar la frontera hasta Puerto Ayacucho, donde abre consultorio y es nombrado Cónsul ad honorem, casándose en terceras nupcias y por lo civil con la venezolana Amira Pérez Amaral.
El Guerrillero
Luego de esos sucesos el Médico Báyer tomó la decisión de vincularse al movimiento armado liderado por el guerrillero liberal Rosendo Colmenares “Minuto”. Participó en el desarme a una unidad militar en Santa Rita (Vichada) y en la toma a la población de Puerto López (Meta) en octubre de 1961; a comienzos de diciembre, mientras huía del ejército, fue capturado junto a Amira Pérez y conducido a la Base Militar de Apiay (Meta), fue condenado por rebelión y remitido a la Cárcel Modelo de Bogotá, donde permaneció varios meses; fue acusado de todo, tanto así que el presidente de la Corte Suprema, impresionado por el montaje, dijo que Tulio Bayer no era un bandido, ni un asesino, ni un loco, que simplemente era un rebelde.
Al quedar en libertad viajó a la isla de Los Roques en Venezuela, pero debido a una publicación en la revista “Selecciones” de marzo de 1963, donde lo señalaban de comunista internacional, tuvo que regresar y establecerse en Maicao. Allí montó un consultorio y creía que podía repetir la hazaña de Fidel Castro en la Sierra Maestra, entonces, contrató un jeep y con cuatro compañeros, uno de ellos de Anserma y otro español, se internó en la Sierra Nevada para ganar para su causa a los arahuacos, sin éxito. Al mes se acabaron las provisiones y una mañana despertó solo, pues sus amigos revolucionarios habían desertado.
Exilio y Muerte
Luego de participar en las manifestaciones obreras en Santa Marta, y alertado que el gobierno de Lleras Camargo quería ponerlo de nuevo tras las rejas, buscó asilo en la Embajada de México en Bogotá, viajando a ese país, después se trasladó a Cuba con el fin de obtener apoyo en su causa pero al criticar los métodos, la burocracia, el desorden y la inoperancia de la Revolución cayó en desgracia con los Hermanos Castro, y por temor a represalias, finalmente viajó a Checoslovaquia y desde allí llegó a París en 1967.
En la Ciudad Luz vivió los acontecimientos de Mayo de 1968. Trabajó como traductor en “Le Monde”. Siempre estuvo atento a los sucesos de la política colombiana y participó en movilizaciones internacionales de denuncia por la violación a los derechos humanos cometidos por el gobierno de Julio Cesar Turbay Ayala.
En París, al lado de su incondicional Amira Pérez, a los 58 años de edad, Tulio Báyer murió el 27 de junio de 1982 y sus cenizas fueron esparcidas al Universo desde Los Pirineos.
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