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Ociel Gärtner Restrepo: 50 años de cantos al Carnaval









Técnicamente se define el concepto de Matachín, en el contexto del Carnaval de Riosucio, como la persona que oficia y materializa la esencia de la Fiesta mediante las artes y la palabra; su actitud es a la vez rebelde y pacifista, y su espíritu es creador, pues se esfuerza por expresar y construir el Carnaval. Esa definición la encarna con creces Ociel Gärtner Restrepo, quien desde 1967 consagró su pluma para cantarle al Carnaval, a S.M. El Diablo y a enriquecer la literatura matachinesca. Ociel también debutó como Alcalde Municipal de Riosucio entregando su vida al Pueblo del Carnaval.

El comienzo de todo

A Ociel Gärtner le viene de cuna el amor por el Carnaval, su abuelo, Alfredo Gärtner Cataño escribió algunos textos para cuadrillas en las primeras décadas del s. XX y su papá, Carlos Emilio Gärtner Ospina, fue uno de sus mayores cantores, galardonado con el Cordón del Carnaval en 1981 por su aporte a la literatura matachinesca.
Con esa herencia no era de extrañar que sus cualidades de poeta las dedicara a escribirle a nuestra máxima expresión cultural y por eso la Junta del Carnaval 1967 lo designó para que escribiera algunos decretos en el Precarnaval que se llevó a cabo en el 66. Ociel se entusiasmó tanto que organizó su propia cuadrilla para disfrazarse y vivir a plenitud el Carnaval. En esa primera oportunidad los textos de las letras no las escribió él, pues con un grupo de amigos determinó hacer un homenaje al matachín Carlos Gil con su cuadrilla Payasadas de la Vida, una de las más emblemáticas del Carnaval en toda su historia y que había salido en 1947 y por tanto decidió repetirla, personificando el personaje de la Gloria.
Las siguientes cuadrillas en las que participó fueron todas de su autoría: Los Hijos de la Tormenta, Los Rajás, La Dinastía de los Borbones y la Rueda Suelta.

La Rueda Suelta y el carro del petróleo


La anécdota que primero recuerda Ociel cuando se le indaga por su trasegar carnavalero es la de la cuadrilla La rueda suelta. Finalizaba el año 1972 y por discrepancias con la cuadrilla él y un grupo de amigos decidió retirarse, por lo que quedó sin espacio para disfrazarse. El lunes antes de empezar el Carnaval de 1973, en la sala de su casa, conversando con los amigos que se habían retirado con él, decidieron ponerse un disfraz el domingo para no pasar en blanco ese día tan importante, los cómplices fueron Sigifredo Sánchez, Herman Ladino y Hernando Castillo; luego pensaron en escribir al menos una canción para entonarla por las calles, lo que Ociel hizo en el acto, entusiasmándose tanto que de lunes a miércoles escribió otras dos, quedando como una cuadrilla completa pero sin músicos. Sin saber qué hacer, miércoles víspera del Carnaval, con letras compuestas y disfraces reciclados listos para reutilizar, decidieron ir hasta Bonafont a buscar músicos y los encontraron, por lo que en 1973 salió una cuadrilla de 4 personas llamada La rueda suelta, que por no ser oficial, no se pudo presentar en los tablados pero sí en las casas, desde donde los llamaban para que cantaran.


Otra de las muchas anécdotas que evoca Ociel es cuando un lunes de Carnaval, un tío de su esposa y compañero cuadrillero, Amadeo Trejos, que era el notario del pueblo, lo llamó a él y a los demás integrantes para que decoraran la carroza que llevarían a la primera corraleja, para el efecto pidieron prestado el coche que vendía el petróleo por las calles del pueblo, con tan mala suerte que en pleno paseíllo en el circo de toros el coche se desfondó, cayendo Ociel y todos ocupantes al suelo del Arenas del Ingrumá, provocando las risas y las burlas del respetable público.



El Saludo a S.M. El Diablo

En 1989 fue designado para recibir al Diablo en su entrada triunfal; consciente que ese es el mayor acto matachinesco y que su oratoria trasciende la temática común de los decretos, compuso una bienvenida en la que trató de explicar la naturaleza del Diablo riosuceño:

"El diablo que adoramos, no es el que trajo España
Ni el que tentó al Maestro en el monte Tabor
El nuestro es laborioso, él endulza la caña,
Cosecha los maizales y perfuma la flor;
Te cuenta en el oído un chisme pendenciero,
Se va para los campos, regresa a la ciudad
Y en este venga y traiga, quiere ser el primero
En estrechar los lazos de la fraternidad”.

Un record: 108 cuadrillas escritas

Pero la mayor producción literaria de Ociel Gärtner está en la escritura de letras de las cuadrillas. Ninguna persona en la historia del Carnaval ha producido tanto como él en esta área. Con las que escribió este año, Ociel ajustó 108, desde 1969 hasta la fecha no ha habido un solo Carnaval en el que una o varias cuadrillas no presenten letras escritas por él, ni siquiera cuando fue Alcalde Municipal (2001 – 2003) se abstuvo de cumplir su compromiso con los grupos que confían en él para interpretar sus creaciones.

El Cordón del Carnaval

En el año 2005 Ociel Gärtner recibió de manos de la Junta del Carnaval el Cordón del Carnaval, máximo reconocimiento que se otorga a un Matachín por su aporte a la Fiesta en una o varias áreas. Tomó la presea de manos del Presidente de aquel entonces Oscar Velasco García, quien le entregó el galardón con un discurso versificado, respondido en igual forma por parte de Ociel.
Por tener el Cordón del Carnaval pertenece por derecho propio al Tribunal de Honor de la Corporación Carnaval de Riosucio.

El adiós del poeta

Este año, en el que completó 50 de producción literaria matachinesca, escribió muchas cosas para el Carnaval, pues además de las cuadrillas, la suya incluida, colaboró con textos por encargo del Comité de Matachines, que coordinaba su hijo, y de la Junta del Carnaval. Sin embargo, tomó la decisión de no escribir más y silenciar su pluma, cerrando un ciclo de medio siglo.
Su decisión la comunicó en una carta en verso tradicional riosuceño a dos cuadrillas, la suya y en la que están sus cuñados y otros amigos entrañables, por ser las dos agrupaciones más cercanas a su corazón.

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